El pan por lo general, a diferencia de otros productos como el vino, es un producto sumamente descuidado en los restaurantes. Desde Panadería Arévalo nos resulta curioso ver cómo en los restaurantes se abre la botella de vino ante el comensal, y sin embargo a nadie le da por cortar el pan in situ. O por qué se sirve el mismo pan con un entrante como una ensalada que con un pescado o una carne, o incluso un postre, cuando hay panes para cada plato y ocasión. Muchas veces nos preguntamos cuando vamos a algún restaurante por qué no hay una carta de panes, y sí de vinos, aguas y postres ¿será que no es un producto importante? Si es además lo primero que la gente se come, especialmente si la comida se demora.

Son pocos los sitios que cuidan estos detalles, que se diferencian por ofrecer una carta de panes, o distintas variedades conociendo el tipo de pan adecuado para cada momento, para cada plato que va a servirse. Los hay que incluso explican el tipo de pan, dándole una importancia merecida a este producto. Pero insistimos lamentablemente son los menos.

El pan tiene un coste muy reducido en comparación con otros productos y sin embargo es capaz de vestir cualquier mesa, cualquier plato de ensalzar el sabor de cualquier producto, puede ser por tanto una gran diferenciación. En Panadería Arévalo servimos de una forma personalizada a restaurantes y bares de la zona. Decimos personalizada, porque cada uno nos pide una variedad distinta, un tipo diferente, un gramaje concreto…, algunos panes son simplemente elaborados en exclusiva de modo que no se ofrecen en otros establecimientos para que mantengan precisamente esa diferenciación en su pan. A día de hoy, hemos evolucionado mucho y ampliado nuestros productos; pero nuestros pequeños grandes panes gallegos, pan blanco, integral, de aceite, hamburguesa… siguen siendo los productos que mejor funcionan para el canal de restauración.