¿Cómo guardar el pan y dónde? así como ¿qué pan de toda la gama expuesta es el que aguanta más para el día siguiente? son algunas de las preguntas que nuestros clientes siempre nos hacen en el mostrador de Panadería Repostería Arévalo. Por ello aquí van nuestras recomendaciones
1. Optar por Piezas grandes como las hogazas
Nuestro primer consejo es optar por panes y piezas de tamaño mediano o grande como las hogazas y huir de las piezas pequeñas como las mini baguettes, o los panecillos ya que al tener menos miga se conservan frescos mucho menos tiempo.
La conservación del pan depende casi exclusivamente de la humedad, que se concentra en su mayoría en la miga. Por eso, los panes que contienen más miga son los que más tiempo duran.
2. Guardar el pan en bolsa de tela
La mejor forma de conservar el pan es hacerlo en una bolsa de tela o protegidos con un paño o trapo. La tela permite conservar la humedad del propio dejándolo respirar. Permitiendo que la corteza esté crujiente y la miga más esponjosa. En la medida de lo posible es muy recomendable no utilizar bolsas de plástico.
3. Elegir panes de largas fermentaciones como el gallego
Los panes de larga fermentación, de elaboraciones en su proceso muy lentas como pueden ser el gallego, envejecen mucho más lentos. Son panes que además tienen una corteza más crujiente, una miga más alveolada y un sabor más intenso.
4. Controlar la temperatura ambiente
El ambiente tanto seco como húmedo influye directamente en la conservación del pan. Por ello en verano, y ante temperaturas muy secas aconsejamos guardar el pan envuelto en un paño o trapo en la nevera, sin congelar, y sacarlo antes de tomarlo.
En el caso de nuestro pan de molde, elaborado de forma natural sin ningún tipo de aditivos siempre recomendamos guardarlo en un lugar fresco como la nevera.